Paco Casal inclina la balanza.
02/05/2011
10.08.2007 09:20
Casal inclina la balanza
Ricardo Gabito Acevedo para Diario Uruguay
Aunque uno quiera evitar referirse a él, es imposible no hacerlo.
Tiene la sartén por el mango y los que deberían quitársela, hacen todo lo contrario, le entregan más poder, más protagonismo.
A esta altura los dirigentes parecen masoquistas. Disfrutan con el dolor propio, con los desplantes que les hace a cada rato.
Y aquel que abre la boca, intenta rebelarse, criticar su modus operandi, recibe el castigo de la indiferencia y la amenaza reiterada de destruirlos.
A esta altura usted ya sabe que hoy, ayer, como siempre, voy a referirme a las últimas maniobras en el mercado de pases, de don Francisco Paco Casal, más conocido en nuestro fútbol como el Zar.
Creo que hasta un niño de escuela se da cuenta que Casal está haciendo todo lo posible para que Peñarol vuelva a ser Campeón Uruguayo.
Después de la larga penitencia de tres años que le impuso a sus dirigentes, en especial al contador José Pedro Damiani – que sigue en penitencia y no se reintegraría más a la presidencia del club- ha decidido reivindicarlo.
Primero, les dio un extenso sermón con tirón de orejas incluido en la calle Divina Comedia y les dijo lo que tenían que hacer para recibir de nuevo su bendición.
Todos en silencio, sin presentar resistencia, juraron no contradecirlo más y acatar sus mandatos.
Como premio, recibirían a algunos jugadores devaluados, que hace tiempo no los puede colocar en ningún club importante del extranjero para reforzar el equipo.
Los dirigentes cholulos se entregaron a él, le rindieron pleitesías, están haciendo todos los mandados que les ordenó, a la espera que al final de la temporada se cumpla su profecía.
En mayo del 2006, en el Museo Renault de Buenos Aires, Paco Casal le dijo a Juan José Ramos que "mientras estuvieran los Damiani, Peñarol no iba a ser campeón, porque yo tengo todo arreglado".
Los resultados están a la vista.
Después que los Damiani se pelearon con el empresario, Peñarol no ganó ningún campeonato. En el año 2006, tuvo el peor desempeño de su historia.
Hay que creer o reventar.
Después que los hizo hocicar, los puso de rodillas y les hizo besar sus pies, Paco Casal, en un acto de abuso de poder y de soberbia, ha resuelto reforzar al mismo Peñarol que humilló y destruyó, para demostrarles a sus enemigos – que lo siguen siendo – que el que manda y decide es él.
Años atrás había hecho lo mismo con Bella Vista y River Plate, cuando se enojó con sus dirigentes por los pases de unos futbolistas que él quería comprar por unas chirolas. Los clubes se salieron con la suya, cobraron lo que querían pero al poco tiempo, terminaron en la Segunda División Profesional.
Ahora circula la versión que como Danubio y Defensor Sporting votaron en la AUF en contra de la extensión del contrato de televisión hasta el 2016, el Zar ya les hizo la cruz y parece que los va a castigar.
Por su parte los dirigentes de Nacional, y el técnico Daniel Carreño, procesan su calentura por dentro, en silencio, por temor a las represalias pero la tienen más claro que Fido Dido que Paco Casal, este año, se puso la aurinegra y les va a dar para atrás.
No lo dicen públicamente pero en sus fueros íntimos, se sienten traicionados por el empresario que les había prometido ayuda e imparcialidad a la hora de moverse en el mercado de pases interno.
Hasta ahora lo único que han visto – y sufrido- es como les desfleca el equipo, tras la partida de Diego Godín y Gonzalo Castro a España, y "Malaca" Martínez a Italia, pasan los días y no vincula a ninguna de sus figuras a Nacional.
El invento, está matando al inventor...
Los dirigentes uruguayos fueron los que crearon este monstruo llamado Paco Casal. Estimularon su crecimiento por su incapacidad e inoperancia.
Ahora, se están dando cuenta que los tiene acogotados pero parece demasiado tarde para cambiar la pisada.
Casal inclina la balanza
Ricardo Gabito Acevedo para Diario Uruguay
Aunque uno quiera evitar referirse a él, es imposible no hacerlo.
Tiene la sartén por el mango y los que deberían quitársela, hacen todo lo contrario, le entregan más poder, más protagonismo.
A esta altura los dirigentes parecen masoquistas. Disfrutan con el dolor propio, con los desplantes que les hace a cada rato.
Y aquel que abre la boca, intenta rebelarse, criticar su modus operandi, recibe el castigo de la indiferencia y la amenaza reiterada de destruirlos.
A esta altura usted ya sabe que hoy, ayer, como siempre, voy a referirme a las últimas maniobras en el mercado de pases, de don Francisco Paco Casal, más conocido en nuestro fútbol como el Zar.
Creo que hasta un niño de escuela se da cuenta que Casal está haciendo todo lo posible para que Peñarol vuelva a ser Campeón Uruguayo.
Después de la larga penitencia de tres años que le impuso a sus dirigentes, en especial al contador José Pedro Damiani – que sigue en penitencia y no se reintegraría más a la presidencia del club- ha decidido reivindicarlo.
Primero, les dio un extenso sermón con tirón de orejas incluido en la calle Divina Comedia y les dijo lo que tenían que hacer para recibir de nuevo su bendición.
Todos en silencio, sin presentar resistencia, juraron no contradecirlo más y acatar sus mandatos.
Como premio, recibirían a algunos jugadores devaluados, que hace tiempo no los puede colocar en ningún club importante del extranjero para reforzar el equipo.
Los dirigentes cholulos se entregaron a él, le rindieron pleitesías, están haciendo todos los mandados que les ordenó, a la espera que al final de la temporada se cumpla su profecía.
En mayo del 2006, en el Museo Renault de Buenos Aires, Paco Casal le dijo a Juan José Ramos que "mientras estuvieran los Damiani, Peñarol no iba a ser campeón, porque yo tengo todo arreglado".
Los resultados están a la vista.
Después que los Damiani se pelearon con el empresario, Peñarol no ganó ningún campeonato. En el año 2006, tuvo el peor desempeño de su historia.
Hay que creer o reventar.
Después que los hizo hocicar, los puso de rodillas y les hizo besar sus pies, Paco Casal, en un acto de abuso de poder y de soberbia, ha resuelto reforzar al mismo Peñarol que humilló y destruyó, para demostrarles a sus enemigos – que lo siguen siendo – que el que manda y decide es él.
Años atrás había hecho lo mismo con Bella Vista y River Plate, cuando se enojó con sus dirigentes por los pases de unos futbolistas que él quería comprar por unas chirolas. Los clubes se salieron con la suya, cobraron lo que querían pero al poco tiempo, terminaron en la Segunda División Profesional.
Ahora circula la versión que como Danubio y Defensor Sporting votaron en la AUF en contra de la extensión del contrato de televisión hasta el 2016, el Zar ya les hizo la cruz y parece que los va a castigar.
Por su parte los dirigentes de Nacional, y el técnico Daniel Carreño, procesan su calentura por dentro, en silencio, por temor a las represalias pero la tienen más claro que Fido Dido que Paco Casal, este año, se puso la aurinegra y les va a dar para atrás.
No lo dicen públicamente pero en sus fueros íntimos, se sienten traicionados por el empresario que les había prometido ayuda e imparcialidad a la hora de moverse en el mercado de pases interno.
Hasta ahora lo único que han visto – y sufrido- es como les desfleca el equipo, tras la partida de Diego Godín y Gonzalo Castro a España, y "Malaca" Martínez a Italia, pasan los días y no vincula a ninguna de sus figuras a Nacional.
El invento, está matando al inventor...
Los dirigentes uruguayos fueron los que crearon este monstruo llamado Paco Casal. Estimularon su crecimiento por su incapacidad e inoperancia.
Ahora, se están dando cuenta que los tiene acogotados pero parece demasiado tarde para cambiar la pisada.

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